Y un año pasó. El boleto para octubre nunca se usó. Tres trabajos, dos pisos, mucha gente de todas partes, muchas desveladas, mucho tequila… Carcajadas, gritos de mariachi, lágrimas que saltan de alegría espontánea, lágrimas que no se atreven a salir de la tristeza. Mucha extrañación. Habilidades descubiertas, veintes caídos, sueños despierta, sueños dormida, sueños en proceso, nuevos sueños, sueños de siempre. Y sólo un año pasó… o y ya pasó un añote.
La balanza cae a los números positivos. La actitud es mucho mejor que al principio. Sigo aprendiendo un poco a trancazos y poniendo un poquito de esfuerzo extra para disfrutarlo todo (que, como dice mi madre, es mucho… y de cualquier forma siempre me va a faltar algo). Se que algo no funciona bien en mi cabeza, se también que a todos nos falla algo, así que no soy tan especial… o soy tan especial como cualquiera :) Me doy cuenta de que mi esfuerzo constante por definirme es un desperdicio, porque son tan volátiles… sólo son válidas en el momento en que salen de mis dedos o de mi boca… y ya está, ya cambié otra vez.
1 comentario:
Y a un año de ausencia, te sigo extrañando como si te hubieras ido ayer.
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