The past is a foreign country. They do things differently there.

Mostrando entradas con la etiqueta qué dijooo???. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta qué dijooo???. Mostrar todas las entradas

domingo, junio 12

Lacitos de colores

Hace unos días murió mi tío Ramón. Era hermano gemelo de mi abuelo. Los dos acababan de cumplir noventa años. Creo que en toda mi vida lo habré visto en total unas treinta veces, sin embargo, fue un personaje constante en conversaciones de sobremesa familiar, lo que lo hizo cercano a mí, no tanto de vista como de oído. Pero ya me ando desviando del tema, y no es de mi difunto tío (que Papadiós lo tenga con El) de quien quiero hablar (que tampoco tendría mucho que decir, mas allá de que me hubiera encantado conocerlo más) sino de lacito negro. ¿Que quién es lacito negro?. Tiene muchos perfiles de Facebook bajo diferentes nombres. Se ha apoderado de muchos de mis conocidos y no me permite ver sus bienaventuradas caras. ¿Qué pasa?. ¿Quién es?. ¿Qué busca?. No estoy de acuerdo, damas y caballeros. No estoy de acuerdo con que lacito negro tenga monopolizado mi news feed. Fuera lacito negro, que llora la muerte y la embadurna por todas partes para demostrar que le duele.

Qué hermoso es celebrar la vida, noventa añotes llenos de experiencias en ambos lados del charco. Celebro tu vida, tío Ramón, celebro las vidas de los que dejas atrás en esta carrera. Sonrío añorante ante tu partida, a ver si soy capaz de llegar hasta donde llegaste tu. Lacitos de colores en tu honor. Abrazos apretados a todos los que te extrañaremos.

domingo, marzo 13

Pipi-popo

No me acostumbro a escuchar ciertas palabras de uso cotidiano por estas tierras catalanas. Cada vez que escucho sustantivos como culo o tetas y verbos como cagar y mear, me tiemblan los tímpanos. Y es que para mí las pompas, las bubis y un ambiguo “tengo que ir al baño”, es lo que me parece normal y suficiente para estas cuestiones tan privadas en México; pero no aquí. Aquí “voy a echar un meo y de paso me la veo”. El “me anda del uno” o “voy a miarbolito” carecen de significado. Incluso el tan nacamente jocoso “voy a echar la firma” resulta dudoso. Las cosas son mucho más simples de este lado. “Voy a cagar” es tan natural y cotidiano, que hasta me siento ridícula por no avisar a dónde voy cuando “me anda del dos”.

Dos axiomas resultan evidentes en esta situación de contraste lingüístico: 1, en México somos mucho más privados con todas las partes íntimas y funciones de desecho corporal -es decir, escasa necesidad de hacer verbalmente público lo privado- y 2, somos casi incapaces de llamar a todas estas cuestiones por su nombre común -ni en confianza... ni para nosotros mismos... simplemente nos suena fatal... a menos que estemos metidos en el personaje de “soy tan cool que puedo decir corrienteces”-.

Lo que me lleva a escribir sobre este argumento, lo que se deriva de esta situación de vocabulario grandilocuente, es la infinita creatividad -hartamente loable- del mexicano promedio para encontrar formas ingeniosas decir lo que por su nombre común le resulta incómodo. Así surgen frases grandiosas como "orinita vengo, voy a desalojar la gruta de Cacahuamilpa" o "voy a pi-pintarme la cara y po-polverme la nariz". Personalmente prefiero mantener el misterio y no dar explicaciones... simplemente “voy a dejar constancia de mi paso por el mundo”.

jueves, agosto 5

¿Eres Budista?

- No...

-¿Entonces por qué no quieres matar a la cucaracha?

Ya se, ya se. Voy a sonar super radical con esto, pero... es necesario ser budista para justificar el respeto a la vida? aunque sea una vida pequeñita? aunque no pueda evitar sentir repulsión ante esa vidita? No pretendo ser una santa ni mucho menos, pero antes no las mataba porque me daba asco y ahora simplemente me da compasión.

Estamos acostumbrados a matar a lo que nos estorba o incomoda. Se que hay grados y situaciones diferentes, pero todo puede empezar con una cucaracha. Si me estorba la araña o la cucaracha la mato. Si me estorba la serpiente que se metió a la terraza, la mato. A la rata que me da miedo, la mato. Al perro que se ve amenazador, lo mato. No, y además ya hay un chingo de perros en la calle, qué hacemos con ellos? Y la escala puede ir subiendo... son sólo distintos grados de una misma actitud. Me estorbas, me incomodas, me das miedo... te mato. No digo que no volveré a pisar un bicho, digo que si puedo evitarlo lo haré, porque puedo seguir viviendo con esa presencia aunque me incomode. Creo que es suficiente decir que mi conciencia no me lo permite. Y no practico ninguna religión.

viernes, abril 10

"La Energía Espiritual

fluye a través del control consciente de los seres que poseen la libertad de actuar del modo que desean."

sábado, marzo 7

Bizarro

La llave no abría. Una de dos: o tenía truco o no era la llave. Testarudamente opto por la primera (de cualquier forma no hay otra a la vista). En toda mi experiencia abriendo puertas he acumulado un montón de mañas: meter la llave despacito, decirle cosas bonitas, empujar la puerta justo al darle la vuelta a la llave, jalar la puerta justo al darle la vuelta a la llave… intenté todas, incluso improvisé… pero nada. Y es que finalmente no era la llave… tan fácil como eso. Una hora de mi vida… y no era la llave. Yo sabía que no era la llave y aún así seguí intentando. Podría haber estado cinco horas más y la puerta hubiera seguido ahí parada, muerta de risa. A lo que voy es que no importa cuánto trates de abrir la puerta si la llave que tienes en la mano no corresponde con la cerradura. Pero lo más chingón es que la puerta finalmente se abrirá porque alguien tiene la llave y necesariamente, tarde o temprano (seguro más temprano que tarde), tendrá que pasar por ahí, si no pa’qué tiene la llave? Estas de acuerdo?
Vuelvo al cielo. No los hay como en Barcelona. Un azul celestial. El contraste con la arena de la playa es como para ponerte a llorar. En la barra del Baba Cool, ¿por qué no?, Javier Bardem tomándose una botella de agua y Andrea un café con leche. La playa llena de gente con la chamarra puesta y gafas oscuras. El tímido sol apenas empieza a quitarse el abrigo.
Me monto en la bicicleta y pedaleo a ritmo de Regina Spektor, esquivando peatones en pleno paseo dominical (es sábado, pero decir “sabadal” o “sabadero” no ilustra tan bien la actitud peatonal del día). Agradezco los colores y digo: “no mames, qué colores!”, pero ni yo misma me escucho porque Regina me va cantando al oído.
La vida tiene un sentido del humor espectacular. ¿Cuándo aprenderemos a aflojarnos la corbata?. Nada es tan serio como parece. Nada. Si fuéramos capaces de aceptar el momento tal y como es, alcanzaríamos la perfección. Dejar de forzar la cerradura y estar alerta. Sonreír por lo que es y lo que no fue. Porque al final todo es perfecto como es. Porque la vida tiene colores maravillosos. Porque nada es lo que parece. Porque tardé sólo veinte minutos en llegar a casa y me reí de la broma.

viernes, febrero 27

What's the matter with you, people?

The Universe must be planning great things... that's the only explanation. Too much time now. Why do I keep following the same pattern? What's the matter with you? What's the matter with me?

domingo, enero 18

Aircraft safety instructions

En caso de despresurización de la cabina, primero debes ponerte tú la máscara y luego ayudar al prójimo más próximo. He podido constatar que este procedimiento es útil (por no sobreactuar y decir [escribir] vital) también fuera de los aviones.
En mis años de niña-niño aprendí no sólo a compartir, sino incluso a dar lo mejor al vecino. A comerme el pan de ayer y reservar para los invitados el de hoy (que al no haber invitados se convertiría en el de ayer al siguiente día [y finalmente me comería el pan de hoy... sólo que mañana... ¿?]). Ha resultado muy difícil a lo largo de esta tan curiosa vida mía sacudirme esa necesidad de complacer al que está al lado antes que a mí (la pobre, ja). Tras varios resorterazos en la frente, llega un momento en que la que maneja a Afrodita A (Sayaka Yumi [o en su caso, Kōji Kabuto a Mazinger Z]) pierde la paciencia y deja de pedir por favor, comienza a exigir el buen trato (ya merecido), el cuidado y la paciencia que han sido negados para un@ mism@ y regalados por toneladas a los demás. Si yo no me siento bien es imposible que pueda hacer sentir bien a nadie (o lo que es lo mismo: si no me amo no puedo dar amor [lo que doy tiene otros nombres y me engaño pensando que es amor… y doy "eso" sólo porque no se recibir... y no sabe recibir el soberbio... o sea que recibir es un acto de humildad... ¿?]). Vamos, que no puedo dar lo que no tengo, y ya está.
A paso de gallo gallina he ido tratando de enmendar lo que Armoise a tenido en falta la mayor parte de sus melancólicos días. Parece mentira que me haya tomado tanto tiempo darme cuenta, debería haber sido más inteligente… pero bueno, probablemente no sea cuestión de inteligencia sino de madurez (en el tercer piso todo tiene una perspectiva distinta, nada que ver con la inteligencia o el cúmulo de datos coleccionados durante décadas [no una ni dos]… así que debe ser madurez biológica). Hoy creo saber lo que Armoise necesita, lo que merece (Saint Germain!!!) y no aceptaré menos que eso para ella, porque es lo más importante que tengo… y ya estuvo bien de ignorarla… tan sólo es una niña (y le dan miedo los aviones).

lunes, diciembre 1

Las pequeñas cosas bis

Hoy nos imaginé caminando descalzos por las calles empedradas, sintiendo las frías piedras que nos regalan el presente, como agujitas que se clavan en los pies y que no nos dejan pensar en nada más que en este momento. Hoy me vi hippie (como tu lo has sido, como yo nunca lo seré) hablando de poesía que nunca he leído, sentada en la mesita descuidada al fondo de un café bohemio frente a un tú (hippie también, como lo fuiste) de pelo largo y ojos profundos (such as mine). Hoy te recordé como no te conocí, me imaginé como si te conociera de hace tantos años, inventé un pasado común que sería divertido recordar juntos por estas plazas, sentados en unas escaleras de piedra, en medio de historia y poesía arquitectónica, con un bocadillo en una mano, en la otra una cerveza y en la otra (si, otra más) el corazón (hippie, como son nuestros corazones). Nuestros corazones intercambiando ideas mientras no decimos nada. Hoy pensé en ti aunque ya no sea tu cumpleaños, recordé todo lo que tiene que ver contigo, recordé al ojo detrás del lente que me desnudó, pensé en nuestra vida en común y en la que no tenemos nada que ver. Hoy me hubiera encantado caminar contigo (y con el ojo [también hippie]… como siempre planeamos y nunca hicimos), aquí o en el Parque México, da igual, lo realmente valioso era la compañía.

Fai un frio do carallo

Jesuscristo, ¡aplaca tu ira...!

viernes, noviembre 28

Tos marina

Hoy el mar se levantó enfermo. Ya desde temprano daba vueltas en la cama sin poder descansar y con dolor de garganta. Lo despertó una tos fuertísima que trataba de expulsar algo atorado (seguramente en la garganta). Coff coff!!! y venga las olas a sacar basura a la playa. COOOFF!!! y que se mete el mar por debajo de las puertas inundándolo todo, en busca de un te caliente con miel. Pobrecito mar, tan revuelto y tan poco azul, tan enfermito… hasta espuma le salía por la boca. Parecía que la terraza en cualquier momento se desprendería y se iría navegando por el mar revuelto-confuso mar… con sus mesitas blancas con cafés con leche enfriándose, con turistas buscando un rayito de sol que justificara el uso de lentes oscuros (yo lo hago todo el tiempo). Pau y yo cavilábamos un plan de emergencia en caso de que la tos se pusiera peor (al grito de: Andrea, ponte la chamarra!!!, correríamos a refugiarnos en la gran nevera hermética de la cocina). Ya me veía yo buceando entre muebles añejos, libros deshojados, candiles oxidados, pan con tomate, botellas (con o sin mensaje)… Creo que algún jarabe debió tomar, porque para la tarde ya estaba un poco mejor (la playa hecha un asco, eso si). Aún no recuperaba el color cuando lo dejé, pero por lo menos la tos ya no era tan fuerte. Yo creo que mañana estará bien. Seguro que mañana está bien.

martes, noviembre 18

...

Es increible cuánto pueden decir unos simples puntos suspensivos. Soy fan.

sábado, noviembre 8

Nirvana femenino

¿Será que las mujeres, por los sufrimientos implícitos en el género, estamos más cerca de la iluminación? Alguna vez leí algo al respecto en algún periódico. Hoy me vino a la cabeza el tema. Y es que el tema de tanta revolución hormonal (sufrimiento implícito en el género) debería ser considerado en la lista de méritos para el despertar de la consciencia, ya que me veo obligada a hacer un doble esfuerzo para "estar bien" (whatever that means). No sólo hay que lidiar con los problemas habituales que compartimos todos como género humano (hombres y mujeres por igual, pues), sino que, además, existen ciertas sustancias que se ponen a pasar con toda libertad por mi cuerpo cuando se les apetece, llevándome por una feria emocional tipo Six Flags y cubriendo con su color azul-blue todo lo que veo, muchas veces, celosas, no dejándome ver ningún otro color.

jueves, octubre 30

Cuando Maru efervesció

La Luna, que me seguía a todas partes, iluminaba sólo justo encima de mí, como un cenital. También bañaba de una luz azulosa a Maru, pero yo no me daba cuenta porque estaba detrás de mí (o más bien, yo la veía, pero mi yo del sueño no, porque Maru estaba detrás de ella). Todo lo demás (lo que no éramos Maru y yo) estaba perdido en la noche. Era casi como si sólo nosotras viviéramos de día, y unos centímetros más allá estuviera la noche que nunca llegaba para las dos (porque la Luna me seguía a todas partes).
Con los pies hundidos en arena amarillosa (o amarillenta) y blanda, que se movía cada vez que las olas bordaban su encaje blanco alrededor de mis tobillos, observaba lo negro tratando de distinguir dónde el mar y el cielo eran dos y no uno. Estaba completamente en paz.
Maru, desde atrás, me llamó con el pensamiento y yo voltee. Extendió el brazo y en la mano tenía una pistola (sí, una pistola, de las que disparan). Sonrió y me pidió que la matara… Yo devolví la sonrisa, estiré el brazo y tomé la pistola junto con ella (las dos sosteníamos la pistola [pero apuntando en su dirección]). Disparé, sin preguntar el porque de tan violenta decisión, disparé. Sin pensar si sólo se trataba de una broma, disparé. Maru empezó a desvanecerse (como quien se desmaya [o resetea, en la fila de las palomitas de Cinemex, por ejemplo], pero cayendo muy despacito), como esos edificios en los que ya no hay nada ni nadie y les ponen bombas en los cimientos para tirarlos (van cayendo desde abajo, muy derechitos) y hacer otros nuevos donde haya vida otra vez. Cuando nuevos centímetros de Maru iban tocando el agua, se deshacían como un Alka Seltzer en medio vaso de agua. Y Maru efervesció completita (incluida la pistola en su mano)… (y nadie se la iba a tomar para el dolor de cabeza) iluminada azulosamente por mi Luna (con forma de Alka Seltzer).
Salí del agua eferveciente y entre al cuarto de Maru (extrañamente, ordenado). Vi sus cosas (que sólo son sus cosas en el sueño)… (supe que eran suyas porque encontré un cepillo para el pelo que no podía ser de nadie más). La extrañé. Deseé que fuera feliz, que encontrara la paz (efervesciente paz) en las profundidades marinas en dónde ahora nadaba en pequeñas partículas.
Es la última vez que ceno ternera (chuletón que trajo mi papá expresamente de la granja de mis padrinos y que, insistió, era para la cena). Necesito un Alka Seltzer.

viernes, octubre 17

Primeras veces

Encontré este archivo perdido por mis documentos. Lo escribí hace casi un mes...

Hoy he tenido varias primeras veces. Entre ellas, es la primera vez que voy a un concierto masivo de música techno (se supone que el dj es bastante famoso… a mí las tres horas que estuvimos ahí me sonó todo básicamente igual), es la primera vez que veo a alguien meterse coca (yo se, tal vez sueno super ñoña, pero la verdad es que nunca lo había visto… no lo juzgo ni me espanto, sólo me pareció curioso ver a alguien sacar con la llave del coche talco de una bolsita de papel y metérselo por la nariz… definitivamente no me llama la atención), y es la primera vez que renuncio a cumplir un deseo. Hay deseos que llevo manteniendo por años y siempre con la (a veces tonta e innecesaria) esperanza de que se realice el milagro. He deseado tanto que me he convertido en mis deseos. Eso soy, eso es lo que me define: lo que deseo, no hay más. Si lo cumplo o si no lo cumplo en un plazo de tiempo determinado, da igual, yo soy eso que ha de cumplirse algún día. Me evalúo con respecto a los deseos que he formulado y voy subiendo o bajando por la escala de la aprobación que me tengo a mí misma… son casi las siete de la mañana, y llevo quince minutos dormida con la computadora en las piernas…

miércoles, octubre 15

On the radio

Palabras que escucho una y otra vez, con una melodía pegajosa que me acompaña a todas partes resonando en la cabeza, entre el frontal y el temporal (como una caja de resonancia), saliendo por mi boca en voz bajita mientras camino pensando en cualquier cosa, hasta que de pronto todo hace sentido y se encajan las palabras en emociones que me recorren de arriba a abajo (o de abajo a arriba, da igual) poniendome la piel de gallina (o gallo, según el caso), cuando me paro delante de un escaparate y dejo de ver lo que hay mas allá de mi propio reflejo para clavarte en eso (en mi propio reflejo) y en mi boca mientras repito...

...
This is how it works
You're young until you're not
You love until you don't
You try until you can't
You laugh until you cry
You cry until you laugh
And everyone must breathe
Until their dying breath

No, this is how it works
You peer inside yourself
You take the things you like
And try to love the things you took
And then you take that love you made
And stick it into some
Someone else's heart
Pumping someone else's blood
And walking arm in arm
You hope you don't get harmed
But even if it does
You'll just do it all again
...

Me quedo ahí parada, con los ojos lluviosos (ya no son shuviosos), la piel de gallina y una sonrisa atristada. Pensando en Arturo y como me gustaría cantar esa canción con el, y ver su piel de gallo (viejito) y mi piel de gallina mientras cantamos. Y en mi obsesión de siempre, hacer que todo el que conozco escuche la canción hasta que sienta lo mismo que yo, y ver sus pieles chintas y sus ojos lluviosos.

Qué bonito es lo humano, las emociones y los sentimientos aún cuando lastiman. Qué bonita es la música y la capacidad de ponerle palabras, y que juntas pasen sin preguntar por los odios, destapando cosas que no sabías que estaban ahí. Es oficial: me encanta esta canción.