The past is a foreign country. They do things differently there.
domingo, junio 12
Lacitos de colores
domingo, marzo 13
Pipi-popo

Dos axiomas resultan evidentes en esta situación de contraste lingüístico: 1, en México somos mucho más privados con todas las partes íntimas y funciones de desecho corporal -es decir, escasa necesidad de hacer verbalmente público lo privado- y 2, somos casi incapaces de llamar a todas estas cuestiones por su nombre común -ni en confianza... ni para nosotros mismos... simplemente nos suena fatal... a menos que estemos metidos en el personaje de “soy tan cool que puedo decir corrienteces”-.
Lo que me lleva a escribir sobre este argumento, lo que se deriva de esta situación de vocabulario grandilocuente, es la infinita creatividad -hartamente loable- del mexicano promedio para encontrar formas ingeniosas decir lo que por su nombre común le resulta incómodo. Así surgen frases grandiosas como "orinita vengo, voy a desalojar la gruta de Cacahuamilpa" o "voy a pi-pintarme la cara y po-polverme la nariz". Personalmente prefiero mantener el misterio y no dar explicaciones... simplemente “voy a dejar constancia de mi paso por el mundo”.
jueves, agosto 5
¿Eres Budista?

- No...
-¿Entonces por qué no quieres matar a la cucaracha?
Ya se, ya se. Voy a sonar super radical con esto, pero... es necesario ser budista para justificar el respeto a la vida? aunque sea una vida pequeñita? aunque no pueda evitar sentir repulsión ante esa vidita? No pretendo ser una santa ni mucho menos, pero antes no las mataba porque me daba asco y ahora simplemente me da compasión.
Estamos acostumbrados a matar a lo que nos estorba o incomoda. Se que hay grados y situaciones diferentes, pero todo puede empezar con una cucaracha. Si me estorba la araña o la cucaracha la mato. Si me estorba la serpiente que se metió a la terraza, la mato. A la rata que me da miedo, la mato. Al perro que se ve amenazador, lo mato. No, y además ya hay un chingo de perros en la calle, qué hacemos con ellos? Y la escala puede ir subiendo... son sólo distintos grados de una misma actitud. Me estorbas, me incomodas, me das miedo... te mato. No digo que no volveré a pisar un bicho, digo que si puedo evitarlo lo haré, porque puedo seguir viviendo con esa presencia aunque me incomode. Creo que es suficiente decir que mi conciencia no me lo permite. Y no practico ninguna religión.
viernes, abril 10
"La Energía Espiritual
sábado, marzo 7
Bizarro
Vuelvo al cielo. No los hay como en Barcelona. Un azul celestial. El contraste con la arena de la playa es como para ponerte a llorar. En la barra del Baba Cool, ¿por qué no?, Javier Bardem tomándose una botella de agua y Andrea un café con leche. La playa llena de gente con la chamarra puesta y gafas oscuras. El tímido sol apenas empieza a quitarse el abrigo.
Me monto en la bicicleta y pedaleo a ritmo de Regina Spektor, esquivando peatones en pleno paseo dominical (es sábado, pero decir “sabadal” o “sabadero” no ilustra tan bien la actitud peatonal del día). Agradezco los colores y digo: “no mames, qué colores!”, pero ni yo misma me escucho porque Regina me va cantando al oído.
La vida tiene un sentido del humor espectacular. ¿Cuándo aprenderemos a aflojarnos la corbata?. Nada es tan serio como parece. Nada. Si fuéramos capaces de aceptar el momento tal y como es, alcanzaríamos la perfección. Dejar de forzar la cerradura y estar alerta. Sonreír por lo que es y lo que no fue. Porque al final todo es perfecto como es. Porque la vida tiene colores maravillosos. Porque nada es lo que parece. Porque tardé sólo veinte minutos en llegar a casa y me reí de la broma.

viernes, febrero 27
What's the matter with you, people?
domingo, enero 18
Aircraft safety instructions

En mis años de niña-niño aprendí no sólo a compartir, sino incluso a dar lo mejor al vecino. A comerme el pan de ayer y reservar para los invitados el de hoy (que al no haber invitados se convertiría en el de ayer al siguiente día [y finalmente me comería el pan de hoy... sólo que mañana... ¿?]). Ha resultado muy difícil a lo largo de esta tan curiosa vida mía sacudirme esa necesidad de complacer al que está al lado antes que a mí (la pobre, ja). Tras varios resorterazos en la frente, llega un momento en que la que maneja a Afrodita A (Sayaka Yumi [o en su caso, Kōji Kabuto a Mazinger Z]) pierde la paciencia y deja de pedir por favor, comienza a exigir el buen trato (ya merecido), el cuidado y la paciencia que han sido negados para un@ mism@ y regalados por toneladas a los demás. Si yo no me siento bien es imposible que pueda hacer sentir bien a nadie (o lo que es lo mismo: si no me amo no puedo dar amor [lo que doy tiene otros nombres y me engaño pensando que es amor… y doy "eso" sólo porque no se recibir... y no sabe recibir el soberbio... o sea que recibir es un acto de humildad... ¿?]). Vamos, que no puedo dar lo que no tengo, y ya está.
A paso de gallo gallina he ido tratando de enmendar lo que Armoise a tenido en falta la mayor parte de sus melancólicos días. Parece mentira que me haya tomado tanto tiempo darme cuenta, debería haber sido más inteligente… pero bueno, probablemente no sea cuestión de inteligencia sino de madurez (en el tercer piso todo tiene una perspectiva distinta, nada que ver con la inteligencia o el cúmulo de datos coleccionados durante décadas [no una ni dos]… así que debe ser madurez biológica). Hoy creo saber lo que Armoise necesita, lo que merece (Saint Germain!!!) y no aceptaré menos que eso para ella, porque es lo más importante que tengo… y ya estuvo bien de ignorarla… tan sólo es una niña (y le dan miedo los aviones).
lunes, diciembre 1
Las pequeñas cosas bis
viernes, noviembre 28
Tos marina
martes, noviembre 18
sábado, noviembre 8
Nirvana femenino
jueves, octubre 30
Cuando Maru efervesció
Con los pies hundidos en arena amarillosa (o amarillenta) y blanda, que se movía cada vez que las olas bordaban su encaje blanco alrededor de mis tobillos, observaba lo negro tratando de distinguir dónde el mar y el cielo eran dos y no uno. Estaba completamente en paz.
Maru, desde atrás, me llamó con el pensamiento y yo voltee. Extendió el brazo y en la mano tenía una pistola (sí, una pistola, de las que disparan). Sonrió y me pidió que la matara… Yo devolví la sonrisa, estiré el brazo y tomé la pistola junto con ella (las dos sosteníamos la pistola [pero apuntando en su dirección]). Disparé, sin preguntar el porque de tan violenta decisión, disparé. Sin pensar si sólo se trataba de una broma, disparé. Maru empezó a desvanecerse (como quien se desmaya [o resetea, en la fila de las palomitas de Cinemex, por ejemplo], pero cayendo muy despacito), como esos edificios en los que ya no hay nada ni nadie y les ponen bombas en los cimientos para tirarlos (van cayendo desde abajo, muy derechitos) y hacer otros nuevos donde haya vida otra vez. Cuando nuevos centímetros de Maru iban tocando el agua, se deshacían como un Alka Seltzer en medio vaso de agua. Y Maru efervesció completita (incluida la pistola en su mano)… (y nadie se la iba a tomar para el dolor de cabeza) iluminada azulosamente por mi Luna (con forma de Alka Seltzer).
Salí del agua eferveciente y entre al cuarto de Maru (extrañamente, ordenado). Vi sus cosas (que sólo son sus cosas en el sueño)… (supe que eran suyas porque encontré un cepillo para el pelo que no podía ser de nadie más). La extrañé. Deseé que fuera feliz, que encontrara la paz (efervesciente paz) en las profundidades marinas en dónde ahora nadaba en pequeñas partículas.
Es la última vez que ceno ternera (chuletón que trajo mi papá expresamente de la granja de mis padrinos y que, insistió, era para la cena). Necesito un Alka Seltzer.
viernes, octubre 17
Primeras veces
Hoy he tenido varias primeras veces. Entre ellas, es la primera vez que voy a un concierto masivo de música techno (se supone que el dj es bastante famoso… a mí las tres horas que estuvimos ahí me sonó todo básicamente igual), es la primera vez que veo a alguien meterse coca (yo se, tal vez sueno super ñoña, pero la verdad es que nunca lo había visto… no lo juzgo ni me espanto, sólo me pareció curioso ver a alguien sacar con la llave del coche talco de una bolsita de papel y metérselo por la nariz… definitivamente no me llama la atención), y es la primera vez que renuncio a cumplir un deseo. Hay deseos que llevo manteniendo por años y siempre con la (a veces tonta e innecesaria) esperanza de que se realice el milagro. He deseado tanto que me he convertido en mis deseos. Eso soy, eso es lo que me define: lo que deseo, no hay más. Si lo cumplo o si no lo cumplo en un plazo de tiempo determinado, da igual, yo soy eso que ha de cumplirse algún día. Me evalúo con respecto a los deseos que he formulado y voy subiendo o bajando por la escala de la aprobación que me tengo a mí misma… son casi las siete de la mañana, y llevo quince minutos dormida con la computadora en las piernas…
miércoles, octubre 15
On the radio
...
This is how it works
You're young until you're not
You love until you don't
You try until you can't
You laugh until you cry
You cry until you laugh
And everyone must breathe
Until their dying breath
No, this is how it works
You peer inside yourself
You take the things you like
And try to love the things you took
And then you take that love you made
And stick it into some
Someone else's heart
Pumping someone else's blood
And walking arm in arm
You hope you don't get harmed
But even if it does
You'll just do it all again
...
Me quedo ahí parada, con los ojos lluviosos (ya no son shuviosos), la piel de gallina y una sonrisa atristada. Pensando en Arturo y como me gustaría cantar esa canción con el, y ver su piel de gallo (viejito) y mi piel de gallina mientras cantamos. Y en mi obsesión de siempre, hacer que todo el que conozco escuche la canción hasta que sienta lo mismo que yo, y ver sus pieles chintas y sus ojos lluviosos.
Qué bonito es lo humano, las emociones y los sentimientos aún cuando lastiman. Qué bonita es la música y la capacidad de ponerle palabras, y que juntas pasen sin preguntar por los odios, destapando cosas que no sabías que estaban ahí. Es oficial: me encanta esta canción.