The past is a foreign country. They do things differently there.

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lunes, julio 1

Radiaciones solares.

El verano vuelve un poco tonta a la gente, sobre todo en áreas cercanas al mar. La intensidad de las radiaciones solares, la humedad pegajosa o la aspiración por vía nasal de pequeñas partículas marinas (o bien, arena), son algunos de los elementos que se sospechan responsables.

La playa por fin comenzaba a ser transitable a eso de las nueve de la tarde. Y eso que es lunes. Se hubiera quedado disfrutando la holgura, pero el frío del atardecer la sacó de la playa y la invitó amablemente a contribuir a la transitabilidad de la misma. Caminó hacia su moto entre la marabunta de turistas que, indecisos, caminaban de un lado a otro, tratando de elegir el mejor chiringuito para tomar un cóctel con vistas al mar. ‘Turistas atontados’, pensó. ‘Demasiadas radiaciones solares’.

Había dejado la moto estacionada un poco lejos porque no había encontrado lugar. Y es que la playa, en cuanto el verano avisa que ya viene, se atasca hasta los bordes. Se tomó su tiempo. Guardó sus cosas súper relajada. ‘De verdad que la gente está mal. Deberían tomarse las cosas con más calma. La playa no se va a acabar’. Encendió la moto, cedió el paso a los peatones y se acercó al borde de la acera. No dejaban de pasar coches. Dejó fluir el río pacientemente, con la confianza de que el momento para pasar llegaría. Mientras tanto, contempló las nubes. ‘¡Qué imagen más bonita! El cielo azul profundo con nubes en tonalidades rosas y anaranjadas. Es un regalo poder QUÉ HIJO DE PUTA!’. Un tipo en un convertible deportivo va y se estaciona, con todo el morro, en el lugar reservado para discapacitados. ‘Pfff. Por eso estamos así. Seguro que es uno de esos en middle life crisis que se compra un convertible para ligar chavitas. De verdad que la gente...’. Finalmente consiguió salir del parking. Al pasar junto al convertible, que terminaba en ese momento la maniobra, le lanzó su mirada más condenadora (a penas visible a través del casco, por supuesto). ‘Te perdono por este error, simple humano inconsciente OH!... PERO...’. Un joven, que se adivinaba con movilidad reducida desde donde podía verlo, iba al volante del convertible ¡del middle life crisis man! O_o


Una más de “la gente”, una simple humana inconsciente a la que ya han afectado las radiaciones solares del recién llegado verano. ‘De verdad que estamos mal...’, aceleró riendo.


domingo, septiembre 11

El plan (a)divino 11/11

Una tostada con mantequilla en el plato y en la televisión una torre en llamas. Una última mordida y sale corriendo de la cocina a coger sus cosas porque se le hace tarde. No dedica demasiado espacio mental a la imagen de la torre. No reflexiona ni se cuestiona sobre lo que acaba de ver en la televisión. Tiene cosas mas importantes en la cabeza. Un examen, un proyecto en equipo. En el trayecto del estacionamiento a la oficina, escucha conversaciones a medias, palabras sueltas como avión, torres, dosmil. Caras de sorpresa guían su camino a la televisión mas cercana. En la pantalla, la imagen pixelada de una figura humana nada sobre un fondo de lineas blancas. Parece que lleva corbata. No entiende nada. Corte a dos torres paralelas y humeantes. Ahora comprende. Su cerebro integra en milésimas de segundo toda la información fraccionada. Llega a la oficina y se une a la audiencia televisiva que observa boquiabierta el final del segundo acto. La otra torre se desmaya, autodestruyéndose en caída libre. Después, un resumen interminable de la pieza completa. Imágenes sucesivas de una narración que no acaba nunca, al tiempo que él revisa en sus archivos mentales las caras de todas las personas que conoce y su posible relación con Nueva York. Evalúa la importancia personal del evento y la medida del impacto en la propia vida. A sobrevienta, entra ella en la oficina y dice -Vengo a despedirme...-- -¿Qué?--, pregunta el ahora público al unísono. -Sí, vengo a despedirme. Si es verdad todo en lo que yo creo, todo lo que es sagrado para mí, mañana ya no me contaré entre ustedes. Todo lo que esta sucediendo es parte del plan divino.-- Nadie articula palabra. Ella, entre lágrimas, abraza al público uno por uno. A él no se le ocurre decir otra cosa mas que -buen viaje--. Ella sale de la oficina. Todos los ojos acompañan a la figura cabizbaja hasta ser engullida por el ascensor al final del pasillo. Silencio. Una risita imprudente y entre todos rompen el silencio a carcajadas. En distintos planos, el avión se impacta una y otra vez contra la primera torre. Él apaga la televisión.

http://www.flickr.com/photos/ryandaddi/


-- Desde Armoise iPimpad
Ubicación:Sofá

martes, junio 21

Quémalo en la hoguera

¡Venga, a sacar los muebles y la ropa vieja para hacer la hoguera! Que hoy es solsticio de verano y será el día mas largo de año; pero ojo, que a partir de aquí vamos de bajada. Los días se irán empequeñeciendo hasta el solsticio de invierno. Así que venga, ¡a sacar todo lo que ya no sirve para prenderle fuego y así darle mas fuerza al Señor Sol!.

Por instancia cristiana, la celebración que corresponde a esta tradición pagana, coincide ahora con el día (o noche) de San Juan (Bautista -por supuesto-, ese que iba por la vida 'bautizando' -purificando- a quien le hacia ojitos pizpiretos), que es el 23 de julio y no el 21. La intención original de esta coqueta celebración, era, precisamente, infundir fuerza al Sol, porque... capaz que ya no volvía a brillar lo suficiente como para lograr el bronceado veraniego, y de paso alimentar toda la vida del planeta. La intención cristiana tiene más bien relación con la habilidad de este muchacho, Jhonny-Joan-Juan, para vencer a la oscuridad-tinieblas-Lucifer (con eso de que iba bautizando al prójimo para limpiarlo del 'pecado original' -que por cierto, pecados originales quedan bien pocos-). Así que San Juan se convierte en el santo Sol, por decirlo de alguna manera.

Lo que resulta innegable (para cristianos y no) es la importancia del Sol para nuestro planeta (y algunos otros) y no sólo para procesos tipo fotosíntesis, sino en cuestiones mas sutiles que tienen que ver con nuestras emociones (que les pregunten sino a los que viven mas cerca del polo, a ver que opinión tienen al respecto). Me parece que hoy es un día muy correcto para valorar lo que hay. El Sol y todo lo que ilumina este 'ahora'. Claro que hay un montón de cosas que a veces 'eclipsan' nuestros días, pero, en un equilibrio natural, también hay otro montón de cosas más agradables y valorables. Ahí están, a pesar de que generalmente resulte más fácil poner atención a lo que incomoda. Y es muy probable que todas las cosas que incomodan puedan hacer que el 'sol' brille más fuerte, porque en el contraste esta la capacidad de valorar, ¿no? Tal vez sea posible juntar todo lo viejo, lo que ya no sirve, lo que desagrada, lo que huele mal, lo que lastima, lo que está podrido, lo que critico, lo que es 'injusto', lo que entristece, lo que preocupa, lo que odio... Juntarlo todo y hacer una gran hoguera. Que toda la 'mierda' sea el combustible que haga al 'sol' brillar más. Y así, gracias a toda la 'mierda', se puede tener más y mejor vida, paradójicamente, cada vez con menos 'mierda'. (Aviso para los despistados: todo esto esta escrito en sentido figurado, no se lo tomen literal y vayan a ocasionar algún incidente que dé trabajo a los bomberos).

Esto por el solsticio de verano. Ya el jueves nos vamos a tirar petardos y a brindar por el santo que sirve de excusa para dejar la playa hecha una mierda (literal).

domingo, marzo 13

Pipi-popo

No me acostumbro a escuchar ciertas palabras de uso cotidiano por estas tierras catalanas. Cada vez que escucho sustantivos como culo o tetas y verbos como cagar y mear, me tiemblan los tímpanos. Y es que para mí las pompas, las bubis y un ambiguo “tengo que ir al baño”, es lo que me parece normal y suficiente para estas cuestiones tan privadas en México; pero no aquí. Aquí “voy a echar un meo y de paso me la veo”. El “me anda del uno” o “voy a miarbolito” carecen de significado. Incluso el tan nacamente jocoso “voy a echar la firma” resulta dudoso. Las cosas son mucho más simples de este lado. “Voy a cagar” es tan natural y cotidiano, que hasta me siento ridícula por no avisar a dónde voy cuando “me anda del dos”.

Dos axiomas resultan evidentes en esta situación de contraste lingüístico: 1, en México somos mucho más privados con todas las partes íntimas y funciones de desecho corporal -es decir, escasa necesidad de hacer verbalmente público lo privado- y 2, somos casi incapaces de llamar a todas estas cuestiones por su nombre común -ni en confianza... ni para nosotros mismos... simplemente nos suena fatal... a menos que estemos metidos en el personaje de “soy tan cool que puedo decir corrienteces”-.

Lo que me lleva a escribir sobre este argumento, lo que se deriva de esta situación de vocabulario grandilocuente, es la infinita creatividad -hartamente loable- del mexicano promedio para encontrar formas ingeniosas decir lo que por su nombre común le resulta incómodo. Así surgen frases grandiosas como "orinita vengo, voy a desalojar la gruta de Cacahuamilpa" o "voy a pi-pintarme la cara y po-polverme la nariz". Personalmente prefiero mantener el misterio y no dar explicaciones... simplemente “voy a dejar constancia de mi paso por el mundo”.

jueves, febrero 24

Eres uno mas

Ok, vale. Saliste en la televisión, bien por ti. Ahora, no pretendas que por eso se cómo te llamas, porque la verdad es que es la primera vez que te veo. Entiendo que la televisión es el medio de comunicación masiva por excelencia, y sí, formo parte de la masa, sólo que no formo parte de la masa que ve la televisión. Aunque usted no lo crea. Sí, no veo la televisión, y ciertamente no veo reality shows. No es que tenga algo en contra de ellos, ni en contra de los que exponen sus vidas ahí, es sólo que no tengo ni una rayita de interés por sentarme a ver... bueno, lo que sale en esos programas.

Ubiquémonos compañeros. El tener la oportunidad de hacer lo que a uno le gusta, que resulta ser el sueño de casi todos los niños y del niño interior de casi todos los adultos, no te pone un escalón arriba de nadie. Te hace una persona afortunada, no una mejor persona, no una más valiosa persona. Que puedas mostrar tu talento o no talento a millones de personas no confirma que tienes lo que presumes. Lo más probable es que en cuestión de meses (o días) seas olvidado. ¿Dónde queda la humildad del inicio, cuando dabas lo que fuera por llegar a donde estas? Que lo que debía ser agradecimiento se convierta en mamonería es triste. Hay que mantener la perspectiva, la objetividad. Al fin y al cabo eres un@ mas de la masa que ve la televisión, sobre todo reality shows. No eres diferente.

imagen: http://www.flickr.com/photos/grrrrr123/

jueves, agosto 19

Devaneos de contraportada

La vuelta de la última página de Middlesex (de Jeffrey Eugenides) me ha puesto melancólica. En parte porque llevaba meses leyendo ávidamente e intuyo que atravesaré por un dolo -hasta la aparición de un nuevo libro en mis manos- echándolo en falta. Pero también porque me ha dejado en un mood nostálgico. Hoy recuerdo todos esos apresurados adioses, esos que traté de no dar importancia por el típico *odio decir adiós*. Las pérdidas que no lloré, las despedidas mirando al cielo, las palabras que me ahorré para que el corazón hiciera callo. También me llenan la cabeza momentos cotidianos que me hastiaban y que ahora se me vienen a los ojos mientras frunzo el ceño y trago saliva. Veo a mis hermanos de chiquitos, mis papás de jóvenes -más jóvenes-, y yo sonriente de vestido verde y rizos cortos, buscando monedas de bolo en el pasto. Veo todos los lugares en donde he vivido, todas mis habitaciones, todas mis ventanas... la pequeña que estaba encima de mi cama, en donde imaginaba que un vampiro me observaba justo antes de dormirme -y tenía pesadillas de un vampiro me observaba-; la grande que enmarcaba un árbol enorme y tenebroso que me recordaba a Poltergeist; la que daba al jardín-jungla de mi mamá; la que no daba a ninguna parte. Justo en este momento extraño tantas cosas a la vez. A nadie en particular, sólo las sensaciones de estar yo en esos lugares o situaciones. El estar viviéndolo. El tenerlo ahora. Siento como si hubiera vivido veinte vidas desde 1978. Siento que lo he perdido todo y vivo tratando de recordar si en verdad lo tuve, si viví todo lo que tengo en la cabeza, todas esas historias llenas de emoción que ahora vuelve sublimada. Y mientras recuerdo, las cosas que recordar se me acumulan al segundo de vivirlas. Extraño mi infancia, extraño odiar ponerme vestido y subirme a los árboles sin preocuparme si me voy a caer. Extraño no tener asco a los bichos. Extraño mi falta de vergüenza al hablar con extraños. Extraño mi valemadrismo y mi intrepidez. Mi sensibilidad inocente. Mi inocencia a secas. Me extraño viendo a mi mamá en bata regar el jardín. Me extraño escuchando a mi papá silbar en el coche. Me extraño yendo con Javier a la escuela en la pick up destartalada. Me extraño jugando con Ángel a sus extraordinarios juegos inventados, esos que duraban todo el día. Me extraño observando a David de chiquito lanzarse contra las paredes de nuestro cuarto gritando: mamá, Andrea me está pegando!. Y mientras más me rasco más me pica. Y las memorias salen de los archivos dejando un reguero de papeles en el escritorio de la vida en curso. Tengo que parar ya. Hoy el día está nublado. No tengo qué leer.

jueves, agosto 5

¿Eres Budista?

- No...

-¿Entonces por qué no quieres matar a la cucaracha?

Ya se, ya se. Voy a sonar super radical con esto, pero... es necesario ser budista para justificar el respeto a la vida? aunque sea una vida pequeñita? aunque no pueda evitar sentir repulsión ante esa vidita? No pretendo ser una santa ni mucho menos, pero antes no las mataba porque me daba asco y ahora simplemente me da compasión.

Estamos acostumbrados a matar a lo que nos estorba o incomoda. Se que hay grados y situaciones diferentes, pero todo puede empezar con una cucaracha. Si me estorba la araña o la cucaracha la mato. Si me estorba la serpiente que se metió a la terraza, la mato. A la rata que me da miedo, la mato. Al perro que se ve amenazador, lo mato. No, y además ya hay un chingo de perros en la calle, qué hacemos con ellos? Y la escala puede ir subiendo... son sólo distintos grados de una misma actitud. Me estorbas, me incomodas, me das miedo... te mato. No digo que no volveré a pisar un bicho, digo que si puedo evitarlo lo haré, porque puedo seguir viviendo con esa presencia aunque me incomode. Creo que es suficiente decir que mi conciencia no me lo permite. Y no practico ninguna religión.

miércoles, julio 7

Sabiduría a golpes

La última vez que me abrí la cabeza fue hace quince años. Bueno, la última última fue ayer, pero hace quince años realicé el que hubiera sido un perfecto mortal atrás, de no ser porque caí fuera de la piscina-alberca en lugar de dentro. Dicha diferencia -entre un perfecto y un defectuoso mortal- me regaló una buena cicatriz en lo más alto de la cabeza y una anécdota que narrar por el resto de mi vida.

La última última vez que me abrí la cabeza no fue tan simpática, dolorosa o profunda como la última, pero igual dejará cicatriz... y esta sí se va a ver. Ante la sentencia de la enfermera, mi impulso fue exclamar: en la cara no, soy actriz!, pero me contuve, a) porque se que no le iba a hacer gracia y b) porque soy bartender-actriz-desempleada-hasta-nuevo-aviso... o sea que no me afecta tanto tener la cicatriz. Además, he aprendido a amar las cicatrices. Básicamente son tatuajes. Son marcas de sabiduría, porque es a través de experimentar que nos hacemos sabios. El cuerpo está para usarlo. Claro que hay que cuidarlo, pero no exagerar y dejarlo estacionado para que no se raye.

Después de que se cayó la secadora -vivía encima de la lavadora, que de pronto le dio por bailar y la tiró. Llevaba tiempo ensayando... pfff, pero esa es otra historia...- llegó el de Mercadona con la compra del mes y estaba estresada por tantos eventos juntos. Atendí a Don Mercadona, regresé la secadora a su hogar y empecé a guardar la compra rápido porque tenía muchas cosas que hacer. No cabían tantas cajas de arena para gato -en este caso gata-, así que tomé la más vacía para rellenar el w.c. de Chispa. Justo cuando me giro para alcanzar el arenero, me doy en la frente con -lo que más tarde me daría cuenta que era- el techito del medidor del gas. Una hoja de metal en toda la frente. Aventé la arena y salí corriendo con las manos en la frente a tirarme en la cama. Cuando iba pasando el dolor, empecé a sentir que algo me escurría por la cara -y no eran lágrimas- y dije: ya valió m... Me puse histérica a correr por la casa, dando vueltas por el espejo para ver si era grave, pero me impresiono tanto con la sangre -tengo récord en desmayos- que no me atrevía a realmente ver. Miraba y corría, miraba y gritaba y corría... La historia desde ahí ya involucra demasiadas acciones y personajes que no vienen al caso detallar. Lo importante es que soy más sabia y llevo en la frente la prueba.

Ah! Gracias Zuri por cuidarme :) T'e.

jueves, junio 17

Y bueno, casi un año después...

...decido continuar con este blog. Terminar el tema que dejé inconcluso y averiguar si tengo algo más que decir. Me he planteado cerrarlo así sin previo aviso, empezar otro que tenga una línea más clara y no pensamientos de chiledemoleydedulce... pero tal vez sea un poco pretencioso... finalmente este es mi blog, originalmente concebido para eso, para llenarlo de mis pensamientos varios, de todo lo que compone esta mente sin la que sería imposible existir como quien soy. Así que continuo con los requisitos para hacer tu mundo mejor, según Mónica Barbagallo, con la intención de refrescar mi memoria y ver si soy capaz de aplicarlos de una vez.

jueves, agosto 13

Why mourn the cocoon when the butterfly has flown

Luchar contra mí misma para ser mejor ha sido la constante más constante de mi vida. La idea de que había algo mal en mí, me obligaba a poner atención en la evidencia que mi alrededor mostraba, para hacer una lista de las cosas que debía cambiar. Mi pelo corto, mi mal humor, mis dientes chuecos, mi sensibilidad que me hacía llorar por cualquier cosa, mi machorrez, mi obsesión por los detalles y la perfección. ¡Pero tenía que ser perfecta para el mundo! Tenía que ser perfecta que “valer”. Tenía que ser perfecta para merecer amor, por que, claro, quién me iba a querer con tantos “defectos”. Y así me fui construyendo, puliendo esas imperfecciones que los demás me señalaban y que terminaban por ser molestas para mí también.

Me veo ahora en el espejo y no me reconozco. El pelo tan largo y rizado. Las cejas depiladas y siempre peinadas. Los dientes derechitos, soldaditos que nunca niegan la sonrisa. De caminar femenino y siempre mirando el frente, nunca al suelo. Segura y resuelta. Amante de la perfectaimperfecciónperfecta. Feliz, feliz, feliz. Me salí de Andrea. La escuché, la comprendí, la cuidé y apapaché. Empecé a hablar en tercera persona casi sin darme cuenta. Al verme como alguien más empecé a amarme, porque siendo yo misma me resultaba imposible. En mi separación encontré mi integración.

No se si cambié porque el entorno me empujaba o por mí misma. Desconozco si los motivos fueron los correctos. Creo que al final lo importante son los resultados. No se si de seguir siendo quien era hubiera llegado a sentir lo que siento ahora. Poder afirmar que soy más feliz que nunca es una bendición. Gracias…

jueves, julio 30

Buenos días

Una buena mañana me asomé al balcón y me di cuenta de que la crisis pasó. Regresaba a casa de una noche de fiesta y el Sol empezaba a pintar con gruesas pinceladas anaranjadas el cielo mañanero. Las gaviotas, prueba de que el mar está bien cerquita, bostezaban sonoramente desperezándose. Y yo extendí mi pareo en el balcón (que desde estonces es un lugar especial) y me quedé callada, sentada observando cada pincelada, atenta a los bostezos, sintiendo el amor de los detalles, regalos de una buena mañana. La crisis terminó porque ya crecí, porque cambié, porque soy capaz de ver belleza en todo, porque a partir del final llegan uno tras otro los milagros. Y yo me conmuevo. Y quisiera gritar. Y grito por dentro. Y me callo la boca cuando me nace decir es demasiado, no lo merezco.

Me gusta pensar que es la época de cosecha, que todo esto no es mas que efectos de mis causas. La risa fingida finalmente es real, involuntaria y estruendosa. Y reparto mis emociones entre alegría inmensa y agradecimiento profundo. Y surge un amor enorme dentro de mí por todo y por todos. Y una sonrisa enorme me hace doler las orejas. Y los olores son deliciosos, y los colores hermosos. Y se que todo es posible, que lo mejor es posible, que la perfección es posible, que los sueños son posibles, que ser feliz es posible. Se que tu y yo somos posibles de la forma que siempre soñamos, que nuestra felicidad es real y que es nuestro momento de vivirla. Y todo lo vi en las pinceladas anaranjadas de esa buena mañana, en el final de la crisis, cuando el cielo clareaba después de la oscuridad que se lo tragó todo. Qué hermoso es el incio, bienvenido el amanecer.

sábado, junio 20

"Yo dormía y soñaba que la Vida era Alegría.

Desperté y vi que la Vida era Servicio.

Serví y vi que el Servicio era Alegría."

- Rabindranath Tagore

martes, junio 9

Ofelia y Mariano

A Ofelia le sabe mejor el helado en casa, frente al televisor. Su madre siempre opinó que era un poco enrevesada. -¿Cuándo aprenderás a ser coherente con el clima?, diría su madre. Porque la tarde era soleada y el cielo azul-cielo-despejado invitaba a pasear por la plaza y tomarse un helado cerca del frescor de la fuente.

-Es una lástima regresar a casa tan pronto. El día es demasiado hermoso para estar dentro. -¡Silencio Mariano!, ya sabes cómo son los vecinos del entresuelo… y no queremos que salgan a callarnos, ¿o si, tontito?.

Mariano la miraba con ojos brillantes, ladeando la cabeza. No habían estado fuera una hora siquiera. Ahora subían pesadamente los escalones de granito. El aire atravesado por cálidos declives de luz en donde flotan las partículas de polvo. Un largo camino de ventanas sobre una cenefa de flores -una verde, una amarilla, una verde, una amarilla- que parecían pintadas por un niño astigmático. Un largo camino hasta el cuarto piso.

-De verdad que no vale la pena bajar desde tan alto para tan corto paseo, opinó Mariano, siempre delante porque Ofelia ocupaba todo el espacio entre pared y barandal. -Ya se, ya se… querías más ejercicio… pero ya… bajaremos otra vez… a caminar un poco antes de dormir… fhuuu. Ofelia se seca el sudor debajo de la nariz con el pañuelo que siempre lleva en la manga. Unas gafas grandes y redondas, como todo en ella, sostienen el flequillo de un pelo demasiado largo, demasiado negro.

-Buenas tardes Ofelia, ¿necesitas ayuda con esas bolsas?, cantó el vecino del primero segunda. Un chico bonachón de cejas gruesas que parecían una sola y que entonaba todo lo que decía. -No, pero muchas gracias, dijo una voz demasiado aguda que miraba al suelo. Ofelia, el rostro colorado, se pegaba a la pared tanto como su volumen lo permitía para dejar pasar al muchacho. –Mariano, deja pasar al joven-, y al joven: No pesan tanto, en serio…, pero el de la ceja ya tenía una de las bolsas en la mano. -Suelta la bolsa, bellaco, ladró Mariano, -o arrancaré tu mano de un solo mordisco. Con un salto se puso entre la sudorosa Ofelia y la ceja, gruñendo, dispuesto a defender la bolsa de los helados a mordidas. -De verdad, déjalo. Te lo agradezco mucho, pero puedo sola-, y Mariano: ¡Bellaco, bellaco, bellaco…!. El vecino dejó la bolsa en el suelo con mucho cuidado, sin perder de vista al ladrador. -Está bien. Si lo prefieres… que tengas buen día, Ofelia, y bajó por las escaleras silbando alegremente. -No necesitamos la ayuda de nadie, ¿verdad?. Mariano movía la cola. –Lo he asustado, ¿eh?. ¿Has visto como salió huyendo?.

El peso de Ofelia, junto con el peso de las bolsas cargadas de cocacolas, patatas, helados, realentaba la marcha escaleras arriba. Mariano parecía remolcarla unos escalones más adelante, jalándola de la correa, como si él la hubiera sacado a pasear.

lunes, junio 8

Las Batallas en el Desierto

Hoy lo volví a leer. Recuerdo la última vez, cuando me lo prestaste. Debo confesar que en aquella ocasión lo leí un poco por compromiso, porque a ti te encantaba e insististe mucho. Me lo prestaste y entonces me gustó, pero esta vez fue muy diferente.

Lo leí en la pantalla, porque no fui capáz de bajar cuatro pisos para imprimirlo. Con la computadora en las piernas, meciéndome en la rojhamaca, con una vela violetransmutadora encendida y un nag champa, escuchando boleros y con el viento haciendome cosquillas en los pies. Viento travieso que se mete por la ventana sin pedir permiso.

Mágico momento de treinta y cinco páginas. Voy a guardar intacto el recuerdo de este instante porque todo lo que existe ahora mismo nunca volverá a ser igual. Un día lo veré como la más remota prehistoria. Voy a conservarlo entero porque hoy me enamoré de Mariana. ¿Qué va a pasar? No pasará nada. Es imposible que algo suceda [...] Lo único que puede es enamorarse en secreto, en silencio, como yo de Mariana. Enamorarse sabiendo que todo está perdido y no hay ninguna esperanza. [Corte a: piel chinita]

viernes, junio 5

Y un año pasó. El boleto para octubre nunca se usó. Tres trabajos, dos pisos, mucha gente de todas partes, muchas desveladas, mucho tequila… Carcajadas, gritos de mariachi, lágrimas que saltan de alegría espontánea, lágrimas que no se atreven a salir de la tristeza. Mucha extrañación. Habilidades descubiertas, veintes caídos, sueños despierta, sueños dormida, sueños en proceso, nuevos sueños, sueños de siempre. Y sólo un año pasó… o y ya pasó un añote.

La balanza cae a los números positivos. La actitud es mucho mejor que al principio. Sigo aprendiendo un poco a trancazos y poniendo un poquito de esfuerzo extra para disfrutarlo todo (que, como dice mi madre, es mucho… y de cualquier forma siempre me va a faltar algo). Se que algo no funciona bien en mi cabeza, se también que a todos nos falla algo, así que no soy tan especial… o soy tan especial como cualquiera :) Me doy cuenta de que mi esfuerzo constante por definirme es un desperdicio, porque son tan volátiles… sólo son válidas en el momento en que salen de mis dedos o de mi boca… y ya está, ya cambié otra vez.

miércoles, mayo 20

Cinta de escape

Mahabup cruza el río de puntitas. Sabe que es inútil, la cinta en su bolsillo se mojará de cualquier forma. El agua le llega al ombligo. Tiene esa cinta desde hace mucho tiempo. Dos años. Ahora tiene trece.

-¡Vamos, par de maricas! Muevan esas piernas. Argmf…- , grita el soldado de la cicatriz desde la orilla.
-¡Voy tan rápido como pue…- y un fuerte golpe en la cabeza lo hunde antes de decir el do.

Ve las piernas del soldado que no tiene cicatriz, ve las piernas de su primo Bazzy, ve sus propias piernas enfundadas en pantalones de camuflaje, ve su propia arma en el fondo apuntándolo amenazante. Logra alcanzarla justo en el momento en que una mano lo saca a la superficie jalándolo de la camisa.

-¡Habla sólo cuando se te ordena que hables!-, dice la mano sin cicatriz –¿¡¿Entendido?!?-.

Mahabup asiente sosteniéndole la mirada. Aguantándose el dolor, no se soba la cabeza. Es un hombre limba. Comprueba que la cinta continúa en su bolsillo, alza su arma con las dos manos por encima de los hombros y retoma el camino a través de la corriente, plantando los pies con firmeza en el fondo del río.

Jalándolo del arma, el soldado de la cicatriz saca del río a Mahabup apenas pone un pie en la orilla. El soldado de la mano sana empuja a Bazzy fuera del agua. Los primos se miran con complicidad una milésima de segundo. Mahabup empuja al agua al soldado de la cicatriz con todas sus fuerzas cuando ayudaba al soldado sano a salir, en tanto Bazzy lanza las armas al río.

-¡Váis a morir! ¡Habéis firmado vuestra sentencia de muerte, maricas!-, vocifera el soldado marcado tratando de salir del río.

Bazzy dice con voz entrecortada: -Debí conservar una de las armas por si esos miserables nos persiguen-. –Si nos alcanzan, de nada servirá tu arma. Nos van a matar- y Mahabup aumenta la velocidad tanto como le permite su ropa mojada.

A cada paso, Mahabup entra más profundo en la selva de sus pensamientos sin dejar de correr. Una meditación en movimientos mecánicos a gran velocidad. Viene a su mente su madre, llevando el agua fresca en el jarrón de barro. Sus hermanos asando la carne después de la caza. Todo queda muchos kilómetros atrás. ¿Será posible que esta sea la oportunidad que tanto esperaba?. Podría correr sin parar hasta Freetown y en menos de dos días estaría ahí, frente al Atlántico. Robaría un reproductor portátil y practicaría con su cinta en el cuarto de máquinas de algún barco en dirección a América. Sería polizonte y escribiría un rap sobre su huida de la guerra y los diamantes. -I gotta make it to heaven, fuck going through hell. Gotta make it to heaven, gotta make it to heaven.- rapea Mahabup.

Bazzy siente a su primo decir algo, pero no alcanza a escucharlo. Corre tras él con todas sus fuerzas. Los pulmones le queman. Sus lágrimas se pierden en la selva. No sabe dónde está, no sabe a dónde se dirige. Piensa en su madre, esperándolo con la cena servida para dos. Ve que algo cae del bolsillo de su primo, pero no le da importancia.

Mahabup sigue corriendo. -Gotta make it to heaven-.

Bazzy piensa en la cena.

jueves, abril 23


La leyenda dice que en Montblanc vivía un dragón muy malo que sólo era feliz comiendo gente. Si no le daban de comer se ponía tan enojado que lo rompía todo, así que entre todos los habitantes se hacía un sorteo para ver quién sería el desafortunado sacrificado en turno. Ocurrió un día que el papelito que sacó la mano santa fue el de la hija del rey y cuando el dragón se relamía los bigotes a punto de merendársela, llegó un forro de caballero con armadura reluciente, llamado Jordi (mi nombre es Jordi, Sant Jordi), y le clavó su espada (al dragón), terminando así con el dolor de cabeza del pueblo y la alta tasa de mortandad. Resultó que de la sangre del dragón nació un rosal, fruto del amor entre el caballero y la princesa, así que en Catalunya Sant Jordi es el santo de los enamorados y hoy se celebra su día en una gran fiesta de rosas y libros (las rosas por lo del rosal, los libros no lo se, pero es lindo).
Así que feliz Sant Jordi mis queridos y queridas. Que sus vidas estén llenas de amor, caballeros, princesas, flores y libros, ¿qué más hace falta?.

domingo, abril 19

Centro de reparación no autorizado. Próxima inauguración!

Y sí... lo reparé de nuevo. Pensé que llevar el iPod al doctor y que al abrirlo encontraran un posavasos no iba a ser muy nice, así que lo abrí por tercera vez para sacar lo que no estaba de fábrica. Fue entonces cuando se me ocurrió meter una propaganda de yoga que tenía a la mano (además de la tarjeta del plomero y el posavasos) y ver qué pasaba. Oh si. Vuelvo a caminar con ritmo. Yeah!

viernes, marzo 6

Y bueno…

... he estado pensando en cambiar el titulo de este blog por: “Andrea no parla… at all” (o no escribe, para el caso). Es que hay épocas para todo, no? Lo curioso es que cuando no sucede mucho es cuando más escribo, y cuando tengo un montón de cosas que contar, estoy tan ocupada viviéndolas que pensar en escribirlas es un verdadero vía crucis.
En el último mes han pasado muchas cosas. Pongámonos al corriente pues. No profundizaré mucho porque no acabo nunca, así que enumeraré en frases cortas (un real esfuerzo para mí) lo que ha ido sucediendo:
Trabajo en el Dos Trece, un restaurante-bar, con mucha onda, que está en el barrio de el Raval. Me llevo suuuuuper bien con todos. Ya escribiré un post para contarles de mis compañeritos de trabajo, que bueno… ya son más amigos que otra cosa. El ambiente está poca madre y lo mejor es que nadie se hace güey con el trabajo. El detalle es que, por el horario, de siete a cierre (que puede ir desde las dos hasta las cuatro de la mañana), se presta para seguir la fiesta por ahí hasta que el sol está bien presente. Pero bueno, me doy chance porque es algo que nunca había vivido.
Fui a Madrid a audicionar para Mamma Mia!. La primera audición era de baile, con lo cual… no pasé a la siguiente, ja. Ciertamente el baile no era nada difícil, con unos quince minutitos más de practicarlo hubiera estado lista para dar función, pero como casi todas eran bailarinas… bueno, no pasé a la audición de canto pues, je. Pero el viaje valió mucho la pena porque estuve mis dos buenos días con el Bicho (mi hermano), que está estudiando allá. Me la pasé muy bien. Fuimos a lugares muy lindos y al cine dos veces. Salimos con el pato frito (mi prima), que siempre es un gusto verla. Me quedé en un hotel muy coqueto (que por cierto, el dueño vino muy espantado a preguntarme si estaba bien cuando me escuchó vocalizar, je).
Dejé las clases de catalán (por el momento) porque me resultaba imposible levantarme a las siete de la mañana (cuando probablemente aún no me había acostado siquiera).
Grabé un corto en donde hacía de “mujer de la vida fácil”, jejeje. Lo sufrí porque pasé mucho frío (escasa de ropa en pleno invierno vendiendo mi amor… not funny). Pero estuvo divertido ☺
Mis clases de escritura terminan la próxima semana (qué voy a hacer ahora?!, quién me va a obligar a escribir?!). En el siguiente post pondré lo último que escribí.
Pfff… se suponía que no me iba a extender mucho. Termino ya. Dejo besos para quien los lea.

lunes, febrero 2

No hay dinero mejor ganado

ni mas limpiamente recibido que el que se queda en una mesa después de retirar los platos. ¿Cómo un billete o unas monedas pueden provocar tantos sentimientos lindos? El dinero se vuelve una expresión de agradecimiento. Me parece el uso más noble que puede dársele al cambio, después de pagar la cuenta. Quiero dejar propina siempre, quiero hacer sentir lo mismo que siento yo, quiero formar parte de una cadena de agradecimiento mundial a toda la gente que pasa ocho horas cumpliendo hasta los caprichos más exiquisitos con tal de que el cliente se quede contento. Lo mejor de todo es que nunca he buscado la propina... de hecho soy bastante patosa, ja. "Ahí vas!" o "tenía que ser Andrea"... típicas frases en la mesa porque siempre tiro algo. Pues soy igual de torpe mesereando... se me caen los cubiertos, se me escurre el vino... hasta a los clientes les dan ganas de ayudarme, jejeje... y encima me dejan propina!!??. Cada vez que la riego, sólo sonrío y me disculpo... "oups! sorry, I'm so clumsy..." y a la gente le hace tanta gracia! Bueno, hasta ahora nadie me ha puesto mala cara. Creo que la clave está en simplemente ser, en ponerte al mismo nivel y tratar de hacer sentir cómoda a la gente. Obvio depende del tipo de lugar, y afortunadamente en donde estoy no es un restaurante tan formal como para limpiarle la boca al comensal con una servilleta de tela (bendito dios). Creo que todo el mundo debería meserear por lo menos una vez para comprender lo que significa "servir", para darse cuenta de lo que sucede del otro lado de la bandeja. Es tan enriquecedor.
El punto de todo esto es que encuentras lo que no buscas, llega el beneficio cuando estas volteando pa' otro lado y los detalles lindos aparecen de la nada cuando haces el bien sin mirar a quien... y se siente taaaan bien.
Un aplauso para la comunidad de bandeja en mano y un jip jip urra al que inventó la propina!