El aburrimiento es cosa del pasado. Los días de inventarme cosas que hacer han sido reemplazados por días de jornadas laborales de (a veces) hasta 12 horas. Cargando, limpiando, atendiendo, cocinando, sirviendo… cómo es posible que todo cambie de forma tan inesperada tan radicalmente? Creo que es la primera vez en años que dejo de usar una computadora por más de 24 horas de forma involuntaria… y se siente tan bien…
La soledad me obliga a mirar hacia adentro y levantar los muebles para limpiar a fondo, no sólo por dónde se ve. Encuentro frases ensayadas, pensamientos repetitivos que me esforzaba por creer pero que realmente no comprendía… lo peor del caso es que mientras más conozco más desconozco… mientras más me veo menos me reconozco. Me he dado a la tarea de inventar una nueva persona para ser mí misma… no se bien como hacerlo… creo que lo primero que voy a intentar es dejar de verme en el espejo para olvidarme de “mí” o de quien creo que es “mí”… y es que estoy tan acostumbrada a verme a través de lo que comparo con los que no son “mí”, que en algún momento me perdí… y necesito encontrarme… verme con nuevos ojos, quitar las capas de la cebolla… limpiar debajo de los muebles… o más bien quitar los muebles… y quitar las marcas que dejaron los muebles después de tantos años… ¿Cómo me veré sin muebles?... quizás quede mucho espacio libre para remodelar y pintar todo de blanco… y tirar paredes y hacer puras ventanas, y poner cortinas blancas de nubes para que Quetzacoatl no lastime los ojos por la mañana.
Regreso cansada de sol y llena de rayos de luna por la noche a descansar. Finalmente tengo un colchón para mi sola, en un cuarto grande del departamento de Pau. Pau (en catalán, Pablo en español (pero en español no le gusta)) es mi… mmm… jota-e-efe-e… pero no le digan que le dije así porque me corre. Tenemos muchas cosas en común… terminamos cerrando el bar por las noches cantando Rent, je. Me consiente y me procura. Quién diría hace poco mas de una semana que iba a terminar viviendo con mi jefe y su perro (Fox, muy parecido a mi Banamex… con una cara de bueno…)?... está muy loco cómo cambia todo, de verdad.
En el bar todo bien. Entró también Fermín a trabajar al Baba Cool y lo pasamos bien, sólo que yo me histerizo bastante y él siempre trata de hacerme ver que las cosas pueden ser más relajadas… claro que tiene razón. Ya se manejar la cafetera, y ayer hasta una señora me dijo que cada vez que vaya al bar me va a pedir el café a mí porque me queda muy bueno, ja.
Me duermo ya… ardua tarea escribir en estas condiciones, pero quería pasar a saludar :)
Adeu (en catalán, “bay” en mexicano).
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