
Según Chögyam Trungpa, el corazón triste es un corazón despierto. Un corazón que está dispuesto a afrontar el estado anímico y así elegir. Un corazón que abre los ojos al mundo y siente una profunda tristeza incondicional porque está completamente al descubierto. Un corazón guerrero.
El autentico corazón de la tristeza proviene de la sensación de que nuestro inexistente corazón, ese que si metemos la mano en el pecho no vamos a encontrar, está totalmente pleno. Y esta vivencia del corazón triste y adolororido es lo que genera la intrepidez, esa que surge a partir de la ternura, de dejar que el mundo roce nuestro hermoso corazón, sin resistencia ni timidez, y compartirlo. ¿Quién dijo miedo?... yo digo miedo todos los días, pero eso no me hace cobarde. Valiente no es el que no siente miedo, sino el que actúa a pesar de él, el que salta al vacío confiando en que la red aparecerá. Sigo cayendo, tratando de agarrarme de ramas y raíces, pero se que en algún momento esa red que tanto tarda, emergerá de la oscuridad.
2 comentarios:
¿sabes?
la parte
que sale
escrita
de este
rollo
al lado
de la foto
me ha
encantado
de
veras.
lo otro también, no jodamos, pero aquella parte me chifló. será por la poesía que llevo en las entrañas y por lo que me gusta jugar con la visualidad de los textos.. (visualidad existe?)
si quieres pásate por mi blog y mira una entrada titulada: "otra vida, otro mundo, otro puto planeta" o algo así, es de hace un mes o por ahi, y sabrás de que te hablo.
saludos, iré pasando, me ha gustado el blog d veras
te leo.
joder, intencionar existe pero fijo, vamos xD
voy a conseguir tocarte la fibra ;)
saludoss
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