The past is a foreign country. They do things differently there.

jueves, agosto 14

Maldición...

maldición, maldición... por no checar mi horario, me equivoqué y llegué a trabajar dos horas antes. Tan lejos de todo, no tenía caso irme a ningún lado, así que me puse a hacer cosas de provecho, no sin antes instalar mi mala cara por haberme perdido dos horas de cama que me habrían caído tan bien. No pude evitarlo, la verdad es que se me da trabajar… aunque eso de regalar horas a una persona tan avariciosa como mi jefe no me hace tanta gracia. De cualquier forma estuvo bien, porque la pobre de Susan (Zuzanne, Susane… Susana pa’ los cuates, pues) no se sentía muy bien y le tocaba abrir sola, así que entre las dos hicimos las cosas mejor.
Qué increíble sensación poder compartir con alguien de México lo que estos viviendo aquí. Paco me seguía con su cámara por el bar, tomado fotos y video de todo lo que hacía… me sentí tan contenta hoy! Es una sensación rarísima… como si necesitara que alguien que me conoce de años confirmara con su presencia la existencia de mi vida en un contexto tan ajeno a mi realidad cotidiana… y ahí estuvieron Paco y Oscar haciendo más real mi realidad actual.
No hubo mucho trabajo hoy, gracias a las nubes que nos dieron un poco de descanso del calor que nos venía ahogando. Así que todo tranquilo. Terminamos temprano y caminamos con Aina (Aina: dícese del nombre [que me ha costado mucho aprenderme a pesar de ser tan fácil] de la jovenzuela que trabaja en el O’Pollo, muy simpática por cierto, con la cual coincido varios días en horario y en momentos de aburrición nos hacemos compañía. Le gustan harto los mojitos [mis mojitos, no se si otros]) un rato. Aina se fue a medio camino en el N8, y, un poco después, yo en el siguiente N8. Mañana sí entro a las 12, así que repondré fuerzas. Me duermo ya… zzz…

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