The past is a foreign country. They do things differently there.

domingo, marzo 13

Pipi-popo

No me acostumbro a escuchar ciertas palabras de uso cotidiano por estas tierras catalanas. Cada vez que escucho sustantivos como culo o tetas y verbos como cagar y mear, me tiemblan los tímpanos. Y es que para mí las pompas, las bubis y un ambiguo “tengo que ir al baño”, es lo que me parece normal y suficiente para estas cuestiones tan privadas en México; pero no aquí. Aquí “voy a echar un meo y de paso me la veo”. El “me anda del uno” o “voy a miarbolito” carecen de significado. Incluso el tan nacamente jocoso “voy a echar la firma” resulta dudoso. Las cosas son mucho más simples de este lado. “Voy a cagar” es tan natural y cotidiano, que hasta me siento ridícula por no avisar a dónde voy cuando “me anda del dos”.

Dos axiomas resultan evidentes en esta situación de contraste lingüístico: 1, en México somos mucho más privados con todas las partes íntimas y funciones de desecho corporal -es decir, escasa necesidad de hacer verbalmente público lo privado- y 2, somos casi incapaces de llamar a todas estas cuestiones por su nombre común -ni en confianza... ni para nosotros mismos... simplemente nos suena fatal... a menos que estemos metidos en el personaje de “soy tan cool que puedo decir corrienteces”-.

Lo que me lleva a escribir sobre este argumento, lo que se deriva de esta situación de vocabulario grandilocuente, es la infinita creatividad -hartamente loable- del mexicano promedio para encontrar formas ingeniosas decir lo que por su nombre común le resulta incómodo. Así surgen frases grandiosas como "orinita vengo, voy a desalojar la gruta de Cacahuamilpa" o "voy a pi-pintarme la cara y po-polverme la nariz". Personalmente prefiero mantener el misterio y no dar explicaciones... simplemente “voy a dejar constancia de mi paso por el mundo”.

1 comentario:

Curso de Community Manager dijo...

Un artículo muy interesante, realmente es complicado el tema lingüístico entre países, aunque ambos hablen el mismo idioma ;)