The past is a foreign country. They do things differently there.

jueves, julio 30

Buenos días

Una buena mañana me asomé al balcón y me di cuenta de que la crisis pasó. Regresaba a casa de una noche de fiesta y el Sol empezaba a pintar con gruesas pinceladas anaranjadas el cielo mañanero. Las gaviotas, prueba de que el mar está bien cerquita, bostezaban sonoramente desperezándose. Y yo extendí mi pareo en el balcón (que desde estonces es un lugar especial) y me quedé callada, sentada observando cada pincelada, atenta a los bostezos, sintiendo el amor de los detalles, regalos de una buena mañana. La crisis terminó porque ya crecí, porque cambié, porque soy capaz de ver belleza en todo, porque a partir del final llegan uno tras otro los milagros. Y yo me conmuevo. Y quisiera gritar. Y grito por dentro. Y me callo la boca cuando me nace decir es demasiado, no lo merezco.

Me gusta pensar que es la época de cosecha, que todo esto no es mas que efectos de mis causas. La risa fingida finalmente es real, involuntaria y estruendosa. Y reparto mis emociones entre alegría inmensa y agradecimiento profundo. Y surge un amor enorme dentro de mí por todo y por todos. Y una sonrisa enorme me hace doler las orejas. Y los olores son deliciosos, y los colores hermosos. Y se que todo es posible, que lo mejor es posible, que la perfección es posible, que los sueños son posibles, que ser feliz es posible. Se que tu y yo somos posibles de la forma que siempre soñamos, que nuestra felicidad es real y que es nuestro momento de vivirla. Y todo lo vi en las pinceladas anaranjadas de esa buena mañana, en el final de la crisis, cuando el cielo clareaba después de la oscuridad que se lo tragó todo. Qué hermoso es el incio, bienvenido el amanecer.

1 comentario:

LA QUE SUSCRIBE dijo...

Y sí, qué hermoso es el inicio.