The past is a foreign country. They do things differently there.

martes, junio 17

Semáforo en corazón rojo

Regreso a mi realidad Catalana, esa que me habla en un idioma que no conozco con acentos al revès. Alguien pintó los bordes de la luz roja de un semáforo y enmarcó un corazón que me dio la bienvenida. Bendito surrealismo en los detalles que cambia el contexto de las cosas comunes haciéndome sonreír desde el fondo.
Mis últimas 24 horas en Madrid fueron muy apapachadoras. Una tarde en el departamento con Oscar y Paco comiendo tacos enormes de picadillo con frijoles que gritaban: ¡viva México!. Una noche de película (La Reina Elizabeth) en la comodidad del departamento nice. Una mañana de Palacio Real y jardines con fuentes que invitaban a las princesas y príncipes a salir y alimentarse de belleza. Sobra decir que me en-can-tó todo el lugar. No podía ponerme de acuerdo entre mi conciencia liberal que me decía: “cuánta opulencia innecesaria para la vida de sólo unos pocos” y mi amor por la época y todas las cuestiones reales que agradecía la existencia de esas estancias llenas de mármol, maderas, porcelana, tapices y pintura combinados de una forma tan exquisita, compitiendo con la propia naturaleza que se colaba por las ventanas para no quedarse atrás. ¡Cuánta belleza junta!. Cuánto agradecimiento...
Finalmente estoy aquí, en la soledad que tanto lastima y me exige comprensión, y me grita que madure, y me obliga a contemplarla con ojos lluviosos… sin dejarme voltear para otro lado… con boca y corazón y brazos lluviosos…

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