Palabras que escucho una y otra vez, con una melodía pegajosa que me acompaña a todas partes resonando en la cabeza, entre el frontal y el temporal (como una caja de resonancia), saliendo por mi boca en voz bajita mientras camino pensando en cualquier cosa, hasta que de pronto todo hace sentido y se encajan las palabras en emociones que me recorren de arriba a abajo (o de abajo a arriba, da igual) poniendome la piel de gallina (o gallo, según el caso), cuando me paro delante de un escaparate y dejo de ver lo que hay mas allá de mi propio reflejo para clavarte en eso (en mi propio reflejo) y en mi boca mientras repito...
...
This is how it works
You're young until you're not
You love until you don't
You try until you can't
You laugh until you cry
You cry until you laugh
And everyone must breathe
Until their dying breath
No, this is how it works
You peer inside yourself
You take the things you like
And try to love the things you took
And then you take that love you made
And stick it into some
Someone else's heart
Pumping someone else's blood
And walking arm in arm
You hope you don't get harmed
But even if it does
You'll just do it all again
...
Me quedo ahí parada, con los ojos lluviosos (ya no son shuviosos), la piel de gallina y una sonrisa atristada. Pensando en Arturo y como me gustaría cantar esa canción con el, y ver su piel de gallo (viejito) y mi piel de gallina mientras cantamos. Y en mi obsesión de siempre, hacer que todo el que conozco escuche la canción hasta que sienta lo mismo que yo, y ver sus pieles chintas y sus ojos lluviosos.
Qué bonito es lo humano, las emociones y los sentimientos aún cuando lastiman. Qué bonita es la música y la capacidad de ponerle palabras, y que juntas pasen sin preguntar por los odios, destapando cosas que no sabías que estaban ahí. Es oficial: me encanta esta canción.
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