"Las palabras salen de la boca, pero vienen de la mente y el corazón. Son muy importantes ya que llevan intención y son creativas, lo que significa que crean con la intención.
Tu tienes el poder de crear lo bueno y lo malo que te rodea.
¿Sabes como funciona? Muy simple. Por una ley de física básica sabemos que nada se pierde, todo se transforma, además de que todo es energía; sólo que tu calificas tu energía para bien o para mal. Las palabras que tu digas se juntan en el éter con otras de su mismo valor vibratorio, al igual que tus pensamientos (ya que si dices palabras es porque habitan en tu mente como pensamientos) y recaen sobre quien las emite.
No lastimes, no ofendas. Piensa antes de hablar. Las malas palabras tienen malas vibraciones y malas intenciones, no las uses a menos que, por supuesto, quieras rodearte de sus consecuencias. Debes saber que, siempre y en todos los casos, tú dependes exclusivamente de ti, y siempre tienes la posibilidad de elegir.
Busca las palabras mejores, aunque pienses que debes decir cosas no tan buenas. Trata de entender a los demás. No agredas. No te agredas.
Había un monasterio cuya regla no era No hables, sino:
No hables si no es para decir algo mejor que el silencio"
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