"Aquél que se ocupa de envidiar lo ajeno, está perdiendo el tiempo y las energías que necesita para tener lo propio, por lo que no tiene ni lo suyo, ni lo ajeno.
Está tan claro que es muy poca la explicación al respecto; nada podemos obtener colgándonos de los demás, ni lo material, ni lo espiritual, ni su capacidad, ni su inteligencia, ni sus logros, ni sus sacrificios; absolutamente nada.
Si otro hace cursos y se sacrifica, el premio es suyo; no hay otra manera, por lo cual si te gusta lo mismo, trata de seguir detrás de él el camino y haz los mismos sacrificios; trata de aprender lo que puedas y luego busca en ti tu propia creatividad.
Cada persona debe ganarse por si misma los derechos a crecer y a ser m´ss; qué asidero tiene entonces la envidia, si de ella nunca te va a quedar nada positivo y sí mucho negativo. Con el correr del tiempo comprobarás que puedes estar un tiempo colgado de alguien (a quien por supuesto perjudicas, ya que su trabajo requiere el doble de esfuerzo por el hecho de cargar contigo, además de la lucha contra tus malas ondas constantes), pero llegará un momento en que las circunstancias de la vida lo liberarán de ti. Entonces le veras crecer a pasos agigantados y observarás que tu actitud te llevó a no aprender nada y a sentirte vacío, llegarás a traicionarlo; por supuesto buscarás culparle, pero muy dentro tuyo la verdad se hará escuchar una y mil veces. Simplemente para que corrijas tu actitud, si es que no quieres repetir nuevamente la experiencia con dolor."
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