Una merecida pausa en la escritura, antes continua, en este blog llega por fin a su fin. Lo cierto es que las tres últimas semanas no tuve tiempo para mí (mi tiempo para mí queda siempre manifiesto en este diario no diario) gracias a las visitas de Marco y, casi inmediatamente después, Pamela. De las andanzas de Marco por Barcelona alcancé a escribir un poco, y el paso de Pamela hizo finalmente que me retrasara en el recuento de mis memorias. Hace unos minutos escribía en un mail para mi “open relationship” que es muy reconfortante tener con quien hablar de cosas que normalmente carecen de oído para ser escuchadas o cabeza para ser comprendidas, finalmente Pamela y yo somos tan afines que a veces ni hacen falta palabras para que exista un diálogo entre las dos. Es lindo que dos pares de pies vayan en la misma dirección sin ponerse de acuerdo y se detengan en los mismos lugares sin discordia. No existen discusiones por tardarse mucho en X tienda, ya que las dos siempre queremos entrar a los mismos lugares. Y así fueron los días con Pamplinas, alias el Puerquito. Tranquilidad y paz. Largas caminatas y música que sólo nosotras podemos escuchar.
Ahora en el Baba Cool sólo trabajo yo. Pau es el comodín que va y viene entre el O Pollo y el bar. Alexia está sólo los fines de semana, mismo que espero con ansia para poder platicar con alguien mas (alguien mas que Pau).
El mar está revuelto. El cielo sopla fuerte y casi casi apaga el Sol, que ya no brilla tan fuerte como hace apenas un mes. Hay tráfico en las olas. Los surfistas son realmente los únicos que esperaban este clima ansiosos. Mi pelo los saluda todo alborotado, más chino que nunca (la gente aquí no entiende porque le decimos pelo chino al pelo rizado… si los chinos tienen el pelo lacio… la verdad es que no consigo explicármelo tampoco).
Barcelona me da frío.
2 comentarios:
Tampoco sé por qué decimos que nos ponemos "chinitos" de frío o que un caldillo se debe poner a fuego lento hasta que se ponga"chinito", . Debe tratarse sencillamente de que todo lo chino ya se encuentra hasta en la sopa.
Bastantes cosas pueden ser chinas en un mexicano... el pelo, la piel, las pestañas... bueno hasta existe el enChinador... y ni hablar de cuando una situación se complica y está "en chino"...
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