Dios mío!!! Por más que lo intento, no logro encontrar un momento para escribir en este blog. Quisiera postear algo todos los días, pero de verdad que no más no le hallo cómo.
Después de la decisión tomada por el intento de tsunami, me encuentro finalmente trabajando de nuevo, ahora en un lugar del Raval que se llama Dos Trece. Un restaurante-bar bien chido de unos paisanos pochos de Los Angeles. He andado en chinga, pero el ambiente está muy bien y toda la gente que trabaja ahí es linda linda… bueno, no faltará quien saque el cobre en algún momento… el chiste es que por ahora todo es miel sobre hojuelas, prácticamente… de no ser por que mis manos y pies vuelven a estar deshechos, je. Pero bueno, se que es un escalón más en esta subida a los pisos superiores y yo sólo voy disfrutando de la vista mientras asciendo.
Ya estoy en mi segundo curso de catalán. Por supuesto que no hablo nada, je… pero lo entiendo bastante y lo leo bien. También me metí a un taller de escritura creativa. La dinámica es como sigue: leemos un texto y para la siguiente clase todos escribimos algo en el mismo estilo o con base en lo leído, y nos criticamos (constructivamente) los unos a los otros. Parece mentira lo mucho que puede aprenderse si mantienes las orejas bien abiertas y las defensas abajo (que no busques defenderte o justificarte pues). En el siguiente post, podré lo primero que escribí (ya corregido). Es un escrito basado en un cuento de Ryunosuke Akutagawa, “El Bosque”.
Creo que hoy no tengo metáforas ni frases profundas y rebuscadas… hoy sólo estoy cansada y pase a saludar antes de irme a dormir. Estoy contenta, llevo todo el mes así. Un buen presagio para el dosmil nueve.
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