Se ha convertido en mi cena favorita. Cuatro de la mañana después de trabajar. Escucho las olas de fondo (saliendo de mis mini bocinas). Me debato entre seguir escribiendo y comer otra galleta… (me como otra galleta)… El antojo pudo más.
Después de comerme una María más, reflexiono en los últimos dos meses. Una verdadera revolución. Sin quitarle mérito a ninguna estación de mi vida, me parece que ha sido una de las etapas de mayor concentración emocional, mental y desmadrosal de mi complejo existir. Todo lo vivido últimamente me ha hecho tan flexible que soy capaz comerme un yogurt después de la fecha de caducidad o dejar abierto un paquete de galletas y seguírmelo comiendo medio rancio días después (los que me conocen saben lo atípico que es eso en mí). Me pasé varios “yo nuncas”… (una galletita más)… por el arco del triunfo, conocí a más gente que en los dos últimos años (sí, le estoy echando un poco de chispa), nunca salí tanto de fiesta… difícilmente podría resumir mi etapa Dos Trece en un párrafo. Conocí a personas tan libres! Compañeros de trabajo que un abrir y cerrar de ojos rebasaron la barrera del compañerismo para dejar paso a una complicidad espontánea que crecía día a día. Amigos que me abrieron la puerta, que me apapacharon, que me hicieron sentir parte de algo, que me pintaron sonrisas, que me hacían cantar… De verdad que me lo pasé tan bien… Y bueno, hay ciclos que se terminan antes de lo que uno quisiera, pero definitivamente terminan en donde deben, aunque a veces duela. Hay que saber decir adiós con una sonrisa y agradecer lo vivido.
Ahora trabajo en el Princesa 23. Un restaurante bar muy requeteconocido en Barcelona. Mucho trabajo y nuevos compañeros por conocer. Hoy fue mi primer día y aún me siento fuera de lugar, pero dentro de poco seguramente estaré como pez en el agua.
Desde mi cumpleaños he estado pasando por una racha de altibajos emocionales. Tan voluble como los días en México. De la euforia paso a la tristeza para después tener un arranque de alegría porque voló la mosca. Soy una versión exaltada de mí misma. Un péndulo. Quisiera poder quedarme un poco en el centro, o por lo menos no oscilar tanto y tan violentamente. Ojala que pronto deje de llover y el Sol se anime a brillar con fuerza de una vez.
2 comentarios:
chido espacio... a mi se me acaba de terminar el quick de vainilla que me traje :(
a ver que día te caigo al princesa por un mojito.
suerte
Qué curioso... Tus galletas María remojadas en Quick de algún modo me han hecho pensar que, cada quien en su escenario, estamos más o menos por las mismas. Te mando un abrazo enorme. Y si quieres leerme, te dejo mi bloc: aja-siaja.blogspot.com
Mon.
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