El día mas temido por
unos y más esperado por otros ya llegó, ya está aquí. Señores y
señoras, en cuestión de una pizca de horas sabremos realmente qué
pasa con la fecha más comentada de los últimos tiempos (sean o no
sean, irónicamente, los últimos tiempos).
¿Qué decir que no se
haya comentado ya hasta la atonía...? Los mayas y su calendario
bajo la lupa; el maratón de películas sobre catástrofes naturales
que nos hacen pensar en un Planeta Tierra muy enojado con nosotros;
las teorías del pensamiento New Age que vaticinan un salto
dimensional whatever that means; que si planetas destructores,
agujeros negros, bandas de fotones o hasta el mismísimo Sr. Sol, nos
tienen sentenciados. Uff. Antes de dejarnos llevar por el pánico,
hagamos una pausa. Respiremos hondo. A ver, más allá de hipótesis
y argumentos a favor o en contra de lo que sea, ¿por qué chingados
creemos que el mundo se va a acabar? Quiero decir, ¿por qué tanta
algarabía alrededor de una fecha?. ¿Es tan siquiera racional
pensar que pueda pronosticarse con precisión cuándo acabará algo
que no se sabe bien a bien cuándo comenzó?. Sin ir más pa'llá y
meter en el tema los pronósticos imprecisos del hombre del tiempo
(que la mayoría de las veces no acierta ni de una día para el
otro), niños y niñas: el futuro es incierto. Y quién manifieste
lo contrario, dice mentiras.
Así llego a la conclusión
de que creer que el mundo pueda tener fecha de caducidad es una
necesidad. Necesitamos apostar por un fin del mundo porque estamos
hasta la mismísima madre de tanta mierda. Soñamos con un feliz día
en que un meteorito termine con el hambre, con la guerra y con los
reality shows. Que el Sol acabe con los bancos, los políticos y los
noticieros. Una fecha de vencimiento en que una fuerza mágica me
haga ver todo con claridad y me aleje del dolor para siempre. Un día
en que por fin pueda rendirme porque no me quede de otra. Un día en
que finalmente deje de luchar... Peeero... El futuro es in.cier.to, compañeros. En el mar de infinitas posibilidades todo es factible, pero lo
más probable es que no exista tal fecha any time soon.
De cualquier forma, a
cualquiera que tenga algo de kilometraje se le ha acabado el mundo
alguna que otra vez. Te cuento lo que ya sabes: en un suspiro entras
en shock y observas cómo tu mundo es destruido por un asteroide
errante. Ni lo viste venir. Esos acontecimientos tan contundentes
que marcan ánteses y despueses en tu vida son repentinos e
impredecibles. Eso es parte de la magia. No saber qué va a pasar
ni cuándo es lo que nos hace avanzar.
Seguro que sabes cómo se
siente el fin del mundo, sabes del dolor de ver derrumbarse algo que
te costó tanto construir y de la desesperanza de no ver ni una luz que te indique y ahora qué;
pero lo cierto es que todos somos supervivientes de mundos que han
tenido que morir para llenarnos de experiencias que enriquecen hoy
nuestros nuevos mundos.
El Fin del Mundo es una
alegoría, pero tenemos a la mano un deadline que puede servir de
excusa para terminar con un mundo cruel voluntaria y conscientemente. Solo hay que despertar, poner atención y dejarse de nimiedades. Feliz Nuevo Mundo.
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2 comentarios:
Como siempre mi querida Andrea tan fina y tan lucida en tus escritos,todabia no se acaba el mundo,si aguantamos un año con Mas y Rajoi,se puede aguantar cualquier cosa ,tios pesados y egoistas.El proximo año sera mejor ,ya estamos entrenados.
Mi cariño y respeto.
Feliz Nadal y en Bon ano novo.
Tio Angel
http://lauritabm.blogspot.com.es/ Este blog es súper interesante. Creo que está hecho para que los lectores se identifiquen con los textos y los poemas que hay. Si te gusta, deja un comentario o sigue al blog. Besos y pasa un buen día.
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